El verano es sinónimo de vacaciones, viajes y cambio de rutinas para descansar y desconectar de los problemas cotidianos. Pero eso no significa apagar nuestros teléfonos inteligentes, tabletas o portátiles.
Para millones de personas, viajar está ligado a dar buena cuenta de ello en las redes sociales. Y, además, nuestros móviles nos permiten realizar todo tipo de gestiones, como pagos online o registros en sitios web.
Es ahí donde entra la posibilidad de conectarnos a redes inalámbricas públicas. Es una idea atractiva, pero puede hacernos vulnerables a los piratas informáticos. Te damos cinco consejos para conectarte este verano.
Conectarnos a una red pública nos pone en riesgo. Haciéndolo, nos jugamos la confidencialidad de nuestros datos personales, contraseñas, fotografías o lista de contactos. La red gratuita es tentadora, especialmente porque, a veces, puede suponer la única forma de conseguir acceso a Internet.
Pero piensa que la red de datos de tu proveedor de Internet es siempre mucho más fiable que una red abierta pública.
Lo peor es que las redes públicas de sitios fiables, como cadenas de conocidos restaurantes de comida rápida o centros comerciales, también pueden ser la puerta de entrada de los ladrones a tu móvil.
Además, piensa que los delincuentes cibernéticos querrán pasar desapercibidos poniendo nombres de redes inalámbricas amigables. Así que no te despistes, ni siquiera cuando te encuentres en un lugar con todas las garantías.
Si tienes que conectarte a una red pública, utiliza una VPN (Red Privada Virtual). La conexión es segura una vez que te conectas correctamente a una red de este tipo. Aunque incluso en este caso, realizar transacciones y operaciones bancarias o insertar nuestros datos sigue siendo peligroso, esta opción es la mejor.
Con VPN, también puedes evitar sitios web bloqueados en determinados países, como Facebook en Vietnam o Wikipedia en Turquía.
Las conexiones seguras consisten en el establecimiento de comunicaciones con lenguaje cifrado entre un cliente y un servidor. La tecnología más común para establecer estas comunicaciones es la denominada SSL, que responde a las palabras traducidas del inglés “Capa de Conexión Segura”. Por eso, si te vas a conectar a una red pública, hazlo usando las conexiones de este tipo.
Si no dispones de esta posibilidad, ni tampoco puedes usar una VPN, lo mejor es que te limites a navegar si lo que quieres es buscar información o matar el tiempo en las redes sociales. Como sabes, hay programas informáticos que rastrean la red, muchas veces con intenciones de delinquir. Ellos podrán ver por donde navegas y eso también supone un riesgo.
Si pese a todos los riesgos que corres, decides conectarte a una red pública, lo mejor es que cuando la hayas usado, la borres de tu dispositivo. De no hacerlo, un hacker podría usarla para entrar en tu móvil, tableta o portátil y, por ejemplo, hurgar en tus cuentas bancarias.
Asegúrate de que dispones de algún “cortafuegos” activo y que tu teléfono inteligente no se conecta automáticamente a ninguna red inalámbrica disponible. Además, puedes descargar aplicaciones especiales que protegen tus datos y hacen que tu dirección IP sea invisible.
Piénsalo dos veces
A la hora de la verdad, tú eres quien toma la decisión. Puedes seguir estos consejos y otros muchos para mantener la seguridad de tus conexiones. Y quizá la próxima vez que estés a punto de conectarte a una red pública inalámbrica, te detengas y consideres si el atractivo de una red gratuita supera el riesgo de exponer tus datos más valiosos.
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