1. Baila un poquito cada día
Pon música alegre en casa, reggaeton, y … ¡baila! y si tienes a alguien cerca… anímalo a bailar. Las risas y el buen humor están garantizados. Es posible que tus vecinos se enfaden ante tanta fiesta, por ello, ¡invítalos también!
2. Disfruta de los pequeños placeres de la vida
Una buena taza de café o té, junto a una mantita, una onza o ¡mejor dos! de tu chocolate favorito, tu peli preferida junto a la compañía de un buen amigo. Y es que a veces no se necesita nada más para pasar una buena tarde.
3. No te tomes las cosas tan a pecho
¡Me han dicho esto en el trabajo! ¡Me tiene manía! ¡Qué compañero de trabajo más insoportable! y un largo etcétera de irritaciones con als que te pasas la vida enfadado. Tómate la vida con humor, ríete y obliga a los de tu alrededor a hacerlo. Conviértete en el Dnai Rovira de tu trabajo.
4. Búscate un hobbie
Las personas que practican un hobbie, son mucho más felices. Elige entre el amplio abanico de posibilidades: puedes correr (o hacer running, depende de lo moderno que seas), pintar mandalas o hacer macramé…¡todo vale!
5. Aprende a decir ‘No’
¿Cuántas veces has accedido a hacer algo cuando no tenías ningunas ganas? No eres mala persona por no querer tirarte en parapente, simplemente dí: ¡No!
6. Hazte amigo de la naturaleza
En muchas ocasiones la ciudad y su asfalto provocan tristeza en las personas. ¿La solución? Vete al campo, abraza a un árbol, a un oso o directamente báñate en un río…¡aunque esté a 5 grados!
¿Cuántas veces no te llenas la cabeza de pensamientos negativos? Anótalos en un papel y tíralos a la basura, o mejor, haz una hoguera con ellos.
8. Aprecia el valor de la amistad
Queda más con tus amigos: es, sin duda, la mejor terapia contra la tristeza.
9. Practica el buen humor
Igual tienes muy poca gracia contando historias o inventando chistes pero, no importa. Junta a tu familia o amigos e inténtalo. Muy posiblemente no se rían de tus ocurrencias, pero lo harán de tu escasa interpretación.
10. Perdona y perdónate
Los malos pensamientos y los rencores nos quedan dentro y hacen daño, oscureciendo nuestras vidas. ¡Hay que sacarlos fuera! Dejemos todo el espacio que hay en nuestro cuerpo para buenas sensaciones y una buena comida con amigos.
11. Saluda al sol
El sol es una fuente de felicidad absoluta. Deja de estar en casa tumbado en el sofá y con cara de pepino y vete a dar una vuelta cuando más solecito haga. Cierra los ojos y llénate de las buenas vibraciones que este transmite.
12. No te olvides de la autoestima
«Me sobran unos kilos» «No me veo guapa», etc., etc. ¿No te has dado cuenta de la cantidad de tiempo que pasas sin quererte y sin disfrutar de la vida? Empieza a quererte pero ¡con locura! ¡YA!
Venga, esperar a mañana para ser feliz es esperar demasiado. Ríe, sonríe y disfruta de la vida, que solo tenemos una.