Si te dijéramos que en España tienes unas cataratas que casi igualan en altura a las del Niágara, posiblemente no nos creerías. Pero la realidad es que la caída de la Senda de Unamuno (Masueco de la Ribera, Salamanca) alcanza los 52 metros de altura, solo dos menos que las antes reseñadas.
Situado en Huelva, su paisaje ‘marciano’ -el color rojizo lo desborda todo, desde la tierra hasta el río del mismo nombre-, y la inmensidad de su mina (hoy en desuso) de superficie la convierten en uno de los rincones más extraños de Andalucía. Pero además, podremos visitar el poblado inglés de mineros en el que saltaremos a la Inglaterra del siglo XIX.
El Parque Natural de Taramundi se encuentra situado en Asturias. La frondosidad, la humedad de sus bosques y el verde que lo impregna para transportarnos a los mitos celtas. No dejes de visitar las las ‘ferrerías’, unas fraguas de pequeño tamaño en las que se ha trabajado el hierro durante siglos.
Situado en la ruta de los Pueblos Blancos gaditanos, Benaocaz es el más desconocido de ellos. Ubicado en la ladera de un monte, destacan las vistas desde sus miradores naturales pero, sobre todo, la presencia de un barrio nazarí único en el sur peninsular. Además, podrás disfrutar de la gastronomía local.
Si conoces algo de la obra de Joan Miró, esta pequeña población de Tarragona no te será desconocida. Lugar de descanso veraniego del pintor, Miró llegó a asegurar que toda su obra estaba pensada en Mont-roig del Camp. En la actualidad, puedes gozar de una ruta sobre su obra que culmina en «La Masía».
Mallorca es mucho más que playas, pero si deseas conocer una absolutamente diferente debes acudir a Torrente de Pareis. Un espacio natural entre cañones que, tras tres kilómetros de ruta, se abre a la recóndita y escondida playa de Sa Calobra. Refugio de piratas en el siglo XVI y hoy Monumento Natural.
A escasos 15 kilómetros de África se encuentra un bosque único por su singularidad. El bosque de Niebla se sitúa entre Tarifa y Algeciras, en la provincia de Cádiz, y el alto grado de humedad de la zona unido a los vientos cambiantes del Estrecho, le dotan de niebla durante todo el año, creando paisajes casi fantasmales.
En Covaneras, de la provincia de Burgos, encontramos otro de esos lugares que parecen sacados de la realidad. El pozo azul es un remanso de aguas heladas y turquesas en el que nadan infinidad de truchas. Un pequeño espacio que esconde un profundo secreto: la cueva subterránea más larga de España.
Teruel existe y guarda rincones como Albarracín. Un pueblo anclado en la Edad Media y que te transporta al pasado solo con pisar sus piedras. Como curiosidad, se dice que los judíos sefardies expulsados de la zona por los Reyes Católicos aún guardan las llaves de algunas de las casas deseando volver a un lugar que ha marcado su historia.
Si el Caminito del Rey en Málaga está ganándose fama nacional, pronto lo podría hacer también el desfiladero de Congost de Mont-rebei. Excavado en las montañas de Huesca, justo en su frontera con Lérida, te adentrará en un cañón sobre el río Noguera Ribagorzana. Abstenerse en caso de padecer vértigo.