Un requisito imprescindible que necesitaría la pareja de Pablo Alborán sería estar dispuesta a convivir con sus exigentes y apretados horarios de trabajo, algo que él mismo confiesa ser difícil de asimilar.
«Mi cita ideal es como la de cualquier persona, aunque para comprender mi profesión haya que hacer un máster. Ni siquiera mi familia termina de comprender que no nos veamos. Así que la persona ideal para mí sería la que comprendiera mi trabajo” confesaba Pablo a la revista Marie Claire.
La verdad es que Pablo no lleva un estilo de vida que se asocie a cualquier estrella de la música, ya que salvo en los meses que reside en su piso de Madrid por razones de trabajo, el cantante prefiere seguir viviendo en su hogar familiar de Málaga, con sus padres para compensar sus largas ausencias.
«Echo mucho de menos a mi familia, así que si tengo un día de descanso me quedo con ellos y hago las cosas normales de un chico de mi edad. Aunque con alguna complicación. Llevo bien que me paren [por la calle], la gente me trata con cariño porque les gusta lo que hago y eso es un privilegio«, añadiendo, «Me gustaba la soledad cuando era más joven, pero ahora me he dado cuenta de que esta profesión da mucha soledad. Cuando terminas un concierto y te vas al hotel estás solo. Cuando terminas una promoción y acabas reventado, estás solo… Muchas veces se echa de menos estar acompañado«.