Todas estas frases tienen en común que solo se dicen cuando el niño está enfadado. Esto es bueno porque está ligado a la inteligencia emocional, que es aquella que cubre todas las emociones.
Tenemos que ayudar al niño a que gestione el enfado. Lo que realmente está diciendo con estas frases es “me joroba, pero me entero de que estás pendiente de mí y quieres que me haga una persona responsable”. El niño además sabe que esto es lo que hay que hacer, pero le enfada tener que hacerlo ahora. Por ello protesta.
Mientras que sea una protesta y un enfado, el niño está aprendiendo a no tener ira. El enfado es la antesala de la ira y esta solo complica la situación.
Podemos hacerle ver que entendemos que está enfadado, pero hay que cumplir las tareas que le mandemos. Le describimos así la emoción que está sintiendo, pero le dejamos claro que el enfado no le vale para escaquearse de la tarea.
Con esto además le enseñamos a que el enfado no vaya más. Que se pare y vea cómo se siente: qué le pasa por la tripa, por la cabeza y por los nervios.
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