Jennifer tiene una hija de 4 años que le genera quebraderos de cabeza constantes. Es muy buena pero cuando se encapricha por algo comienza a gritar, se altera y rompe cosas de casa. Hasta tal punto que tiene sudores fríos.
La madre no sabe qué hacer para controlarla, por lo que pide ayuda a nuestra experta en niños, Rocío Ramos-Paul.
Un niño caprichoso que quiere y exige las cosas porque siempre consigue salirse con la suya. Si un pequeño después de una pataleta o una rabieta consigue lo que quiere, algo se está haciendo mal como padres. Ellos no pueden controlar la situación.
Si un niño ve que cada vez que pide algo lo tiene, pensará que la vida es así de fácil y no es el caso. Un pequeño tiene que aprender valores y esfuerzos de la vida cotidiana, sino se frustrará cuando se mayor. Esta forma de ser tiene que cambiar cuanto antes porque podría afectar a su futuro.
Esto es muy importante enseñárselo al niño porque no es lo mismo un capricho que una necesidad y los niños caprichosos suelen confundirlo. Diferenciar entre pedir ropa porque hace falta que querer un muñeco que todos los amigos tienen. Hay que saber diferenciarlo.
Existen diversos consejos para tratar a los niños caprichosos:
En primer lugar, se deben poner normas y límites desde que son pequeños para que sepan qué deben y qué no deben hacer. Es fundamental hacerlo cuanto antes para que no les cueste con el tiempo.
En segundo lugar hay que buscar otras alternativas al capricho para que los niños se olviden de lo que piden y se centren en otra cosa, ya sea en merendar, ir al parque, deberes, etc.
Jennifer debería hablar con su hija en el momento que ella esté de buen humor. Sería ideal explicarle la situación y que debe calmarse a la hora de no conseguir lo que quiere.
Tiene que enfrentarse a la vida tal y como es, sino resultará más difícil con el paso del tiempo.
Se deben dar pautas para que entienda las decisiones y las acate.
¡Escucha aquí los consejos de Supernanny! (08.09.2016) Y cada semana, no te los pierdas en Atrévete.
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