Los colores se estudian. La psicología del color asegura que las preferencias instintivas e inmediatas que tenemos hacia un color, revelan lo más profundo de nuestra personalidad.
En acciónpreferente.com puedes descubrir qué color es con el tu subconsciente está asociado respondiendo a un simple cuestionario
Y es que detrás de los colores hay ideas, valores que hay que conocer para utilizarlos y que nos ayuden a reforzar el mensaje que con ellos queremos transmitir.
Estos son algunos de los códigos que encierran los colores:
Naranja: dinamismo, movimiento, creatividad.
Blanco: serenidad, confianza, firmeza.
Negro: el color de la elegancia, el estilo, en total look imagen demasiado seria.
Rojo: pasión, fuerza, coraje, empuje pero también agresividad.
El doctor Taylor Hartman creó su propio código de colores y dividió a las personas en cuatro grupos según su forma de ser.
Para decidir qué color corresponde a una persona dentro del código de Hartman, se les comete a un cuestionario de 45 preguntas.
El código de colores de Hartman divide a las personas en cuatro colores: rojo, azul, blanco y amarillo. Son los azules los más numerosos, correspondiendo al 35% de la población. Un 25% de las personas son rojas, mientras que amarillos y blancos tienen cada uno un 20%.
Estas son las características de cada grupo:
Rojos: Buscan llevar a cabo sus proyectos. Usan la lógica y son realmente obstinados, terminan lo que empiezan.
Son asertivos, disciplinados, proactivos y responsables. Saben ser líderes y dominar las acciones. Los rojos siempre creen tener la razón y pueden ser duros o demasiado críticos con los demás. Suelen privilegiar el trabajo por sobre las relaciones humanas y su personalidad es controladora y muy dominante.
Azules: Llenos de bondad, los azules buscan hacer el bien, aunque para ello tengan que sacrificarse a si mismos. Buscan la perfección y pueden ser algo desconfiados. Son complejos, intuitivos y muy leales.
Cuando aman, lo hacen con pasión. Son muy emocionales, comprometidos y creativos, siempre buscando ser lo mejor posibles. Pese a eso, son increíblemente controladores, suelen juzgar al resto y les cuesta mucho perdonar.
Los azules buscan que el resto les comprenda, ya que desean ser queridos y aceptados, por más que no logren aceptarse a si mismos.
Blancos: Buscan la paz y hacen todo lo que está en su poder para evitar confrontaciones. No piden mucho, sólo lo necesario para sentirse cómodos por dentro. Son amables, considerados, pacientes y no se dejan llevar por su ego. Pueden construir relaciones desde cero.
Al buscar evadir lo malo, los blancos son tímidos y rara vez expresan lo que sienten, escapando de cualquier conflicto. No tienen metas propias, sino que trabajan en las del resto.
Amarillos: Ellos viven para divertirse y disfrutar, se llevan por el deseo de pasarla bien y por ello están llenos de entusiasmo y espontaneidad.