La cara es el espejo del alma… El rostro muestra nuestras emociones y estados de ánimo, la alegría, tristeza, cansancio, estrés o relajación.
La Gimnasia Facial es un método terapéutico basado en el trabajo de los músculos del rostro que nos ayuda a relajarnos y con la que ganaremos serenidad y elasticidad en la piel.
Mediante estos ejercicios corregimos la flacidez y distensión (combatiendo la fuerza de la gravedad) manteniendo los músculos firmes y elásticos y recuperando su tono. Es más, al activar la circulación sanguínea, los cosméticos que apliquemos posteriormente en el rostro se absorberán mejor y darán mayores resultados.
Con la gimnasia facial conseguiremos borrar el aspecto de cansancio y nuestra piel lucirá nutrida y resplandeciente; rejuveneceremos el tejido facial y ayudaremos a la regeneración celular. Aumenta la energía y desbloquea frente, zona ocular, mandíbula y cuello, con lo que en casos de insomnio y ansiedad producen un efecto relax
¿Comenzamos?
Antes de realizar los ejercicios es importante calentar y relajar la musculatura de la cara, el cuello y los hombros. Para ello basta con realizar un pequeño masaje sobre estas partes golpeando suavemente con la yema de los dedos con el fin de reactivar la circulación.
Ponte delante de un espejo, al menos los primeros días para ir cogiendo soltura. Después, cualquier lugar y momento son idóneos para practicarlo. Son suficientes un par de sesiones diarias, mañana y noche, de 5 a 10 minutos. Cada ejercicio hay que repetirlo de 8 a 15 veces, pero con calma y sin forzar demasiado la piel.
¡Notarás enseguida sus efectos!
1º Barbilla y papada
Siéntate delante de una mesa y coloca un brazo sobre ella horizontalmente. El otro brazo, también sobre la mesa, debes colocarlo en vertical y apoyar sobre el puño el mentón. Haz fuerza con la barbilla sobre el puño durante unos 6 segundos y luego relaja.
Hacemos el pez con la boca, contrayendo y proyectando los labios hacia el frente. La posición de partida es la boca abierta como si pronunciáramos una A y el cuello ligeramente levantado y la iremos cerrando progresivamente subiendo el maxilar inferior hasta encontrarse con el labio superior. Una vez la boca está cerrada mantendremos la postura 6 segundos.
Con la cabeza ligeramente levantada inhala, saca la lengua e intenta tocarte la nariz. Mantén durante 6 segundos, exhala y relaja.
Enrolla una toalla en forma de churro y sujétala por ambos lados debajo de la barbilla hasta que quede tensa. Levanta la mandíbula hacia arriba y permite que la toalla se deslice por ella de forma suave.
2º Cuello
Las dos manos rodean el cuello, pero dejan libre la garganta, manteniendo una presión ligera pero firme. Moviliza el cuello hacia delante mientras con las manos realizas una suave presión hacia atrás.
Con el cuello estirado y mirando hacia el cielo da besos de forma exagerada.
3º La boca
Coloca los dedos índices en las comisuras de los labios. Presiona los labios y fuerza una sonrisa pero sin abrir la boca. Después simula que vas a silbar y presiona con fuerza. Alterna ambos movimientos durante 8 segundos.
Después, presiona los labios y tuerce la boca hacia ambos lados, derecha e izquierda.
4º Mejillas
Hincha las mejillas con aire y golpea suavemente con la yema de los dedos. Mantén la tensión mientras tengas la boca llena de aire y expúlsalo de forma suave y lenta.
Marcamos exageradamente “U” “I” “U” “I”, sintiendo con la “U” como si sopláramos y con la “I” como si sonriéramos, notando que se marcan las mejillas y se endurecen.
Cierra los labios y da la sonrisa más forzada que puedas subiendo las comisuras. Manten 6 segundos y repite.
5º Contorno de los ojos
Forma una especie de gafas con los dedos pulgares e índices de ambas manos y colócalos sobre el contorno de los ojos tensando la piel por arriba y por debajo. Mantén la tensión y parpadea de 10 a 20 veces.
Partiendo de la misma posición, cerrar los ojos durante 8 segundos para después relajar.
Podemos combatir también las temidas patas de gallo. Coloca los dedos en las sienes e intenta que lleguen hasta la parte superior de las orejas. Abre la boca y desplaza la mandíbula de delante atrás. Mantén la tensión durante 8 segundos y relaja.
Sin estirar sujeta la cola de tus cejas con el dedo índice (empujando levemente hacia arriba) mientras que el dedo pulgar lo apoyaremos en el pómulo (como si lleváramos un antifaz) , cierra los ojos de golpe para hacer fuerza y posiblemente notaras un temblor debido al trabajo muscular, sostén 6 segundos y ábrelos.
6º Frente
Pinza con los dedos índice y pulgar el arco de la ceja, al tiempo que ejerces una suave presión ascendente en el parpado superior con el pulgar, nos moveremos desde el inicio hasta la cola de la ceja y contaremos 6 segundos en cada punto.
Coloca los dedos de ambas manos en la frente y haz que las puntas de los mismos se toquen. Haz presión hacia arriba y siente que las cejas, párpados y músculos de la frente se tensan.
Ahora, el ejercicio contrario. Con las manos igual colocadas tensa hacia abajo provocando una arruga sobre la nariz (fruncir el ceño).
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