La naturalidad y la elegancia a la hora de utilizar tacones es una arte que a algunas personas, afortunadamente, les sale de forma innata, pero por regla general otras tienen que coger un poco de destreza y práctica antes de salir a pasear con alzas.
Para quienes os encontráis en la segunda modalidad, os daremos una serie de pistas para que reduzcáis algunos de los efectos dolorosos que conlleva esta practica de calzado y no quedéis por ‘los suelos’:
1. Colócate con la espalda recta cuando camines
Acompaña esta práctica con una mirada al frente y sin hacer desplazamientos extraños con tus extremidades cuando andes. Incluso, procura realizar pasos pequeños (así tu cuerpo no se desnivelará) pero intenta que resulte natural.
2. No te pases con la altura
No siempre hay que elegir un modelo vertiginoso para deslumbrar allá a donde vayas. Y mucho menos, si se trata de los zapatos ‘batalla’, ésos que utilizas para ir al trabajo diariamente. Diversos expertos han llegado a la conclusión de que la medida idónea para un zapato de tacón no debe sobrepasar de 4/5 centímetros.
3. Protege tu empeine
Olvídate de esos modelos de tacones que te aprietan porque a parte de producirte alguna que otra rozadura, sufrirás un dolor espantoso cuando vayas a caminar. Además, ten cuidado con las costuras y adornos, a menudo se clavan en la piel y producen muchas molestias.
4. Cuanta más suela, mejor
Por la sencilla razón de que tus pies tendrán menor contacto con la firmeza del suelo. Y en el caso de tengas unos tacones que te encantan pero no son muy gruesos, llévalos al zapatero para que te ponga alguna tapa.
5. Cíñete a tu talla