Mi nombre es Vicente y quería contaros mi historia. Mi mujer y yo llevamos juntos más de 20 años. Veinte años en los que hemos pasado de todo, bueno como casi todas las parejas. Creo que una pareja no es tal si juntos no luchan y pelean por los pequeños baches que el paso de los años les presenta. El año pasado mi mujer Natalia se encontró un bulto preocupante en una de las axilas, fuimos rápidamente al hospital a informarnos de ese bulto.
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Al principio nos dijeron que no era preocupante, que parecía un ganglio inflamado pero sin más, le tuvieron que hacer los análisis y pruebas habituales para descartar un tumor. Nuestro temor se confirmó, era un tumor maligno que había que extirpar y lo peor de todo, había que quitar parte del pecho ya que estaba bastante extendido en la mama. Natalia pasó por una quimioterapia y una radioterapia durísima. Vi a mi mujer desfallecer, caer, levantarse, llorar. Vi a Natalia sufrir como nunca antes la había visto. Mi impotencia era imposible de calmar, veía que esto se nos iba de las manos. Un día ella, que es más fuerte que ninguno de nosotros me sentó en un banco en el parque por el que paseábamos y me dijo. -.Vicente, para mi este dolor y este sufrimiento no es nada al lado de lo que otras mujeres pasan con una pareja que les quiere, que no les respeta, que se sienten vacías por fuera y por dentro. A mí, Vicente me han vaciado un pecho, me han quitado algo que me estaba matando, pero nunca me quitaran algo que me está dando vida y que eres tú. Pasaría 10 veces por esto si por esto me daría cuenta como ahora lo que me quieres y lo que yo te necesito al lado.