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Ruperto, nuestro cubanito feliz no atina… y hoy se ha llevado un buen «¡sin vergüenza!»
¡Madre mía, si es que nuestro
cubano es
pesado hasta decir basta! Él quiere
«pillar cacho» sí o sí y se esfuerza en conseguirlo, pero no hay manera. Y claro, se pone tan cansino que
le cantan las cuarenta.
¡
Escucha aquí esta
bromita muy rica y fresquita de
Isidro Montalvo!