El cantante ha demostrado una vez más que casarse con él es sinónimo de comodidad, confort y tener siempre un buen techo donde descansar. Marc intenta siempre proteger a los suyos y a su nueva esposa, tanto es esto que ha decidido regalarla una mansión, con un único requisito que la disfrute pero con él.
Está compuesta por dos pisos, cinco dormitorios, seis baños, un garaje con capacidad de cuatro coches, un porche muy amplio y terrenos alrededor que completan los 600 metros cuadrados que ocupa la propiedad completa.
La propiedad es tan extraordinaria como suena, sin embargo la compra ha sido mucho más conservadora que las anteriores inversiones que el artista ha realizado con un único motivo: el amor.