Somos un matrimonio convencional, de los de toda la vida. Hemos formado una familia, construido la vida que nosotros hemos deseado durante más de 25 años. Hace unos 4 meses yo notaba a mi marido muy raro, como si algo le pasara, como si me ocultara alguna cosa. Yo siempre pensé que era algo de salud, le habían salido unas marcas en la piel muy extrañas como si fueran de una alergia, a nuestras edades ya todo puede ser. Pero me extrañaba por que incluso a los médicos que íbamos juntos no quisiera ir. Una tarde que ya mi sospecha se estaba convirtiendo en una agonia, decidí seguirlo hasta donde él supuestamente iba, una exposición de monedas antiguas. El taxi que seguía a su coche cual película de detectives me llevó hasta un bar del barrio madrileño de Chueca que para quien no lo sepa es el barrio gay de madrid. En ese momento entendí que mi marido me ocultaba algo. ¿Qué hacía mi marido en un bar gay? ¿Se estaría viendo con algun hombre? A las 2 horas más o menos salió de ese sitio con cara sospechosa de haber hecho algo. Yo lo conozco muy bien, esa cara le delataba. Una vez en casa, él llegó antes que yo, me comporté de una manera normal. Lo primero que hizo fue ducharse, me dijo que con estos calores de este verano sudaba mucho. Yo sabia el porqué de la ducha, imaginaros mi cabeza y mi rabia, si sois mujeres me entenderéis. Fui a la habitación a dejar una ropa que había quitado de tendedero y ahí lo vi en calzoncillos con las manchas de su alergia, le dije que si quería le daba la crema hidratante para esos ronchones. Me contestó fríamente que. «No, Conchi no te preocupes de eso que debe de ser por el calor» A los pocos días estando sola en casa vi que el ordenador de mi hijo estaba encendido y entre en Google y puse «alergias» quería saber que podrían ser esas ronchas, nada me llevo a eso, pero ya que estaba buscando quise poner el nombre del bar donde había visto a mi marido, sabía que me iba a doler pero lo hice. No os podéis imaginar lo que me encontré en esas fotos.
Yo pensaba que esas prácticas sexuales no existían, esos tirantes de cuero, esos calzoncillos negros, arneses con corchetes y esos látigos para producir dolor. En ese momento casi doy por loca, quise hacer cualquier locura, pero me tome una pastilla esperé a que llegara y hablar con el. Estuvimos toda aquella tarde hablando y me confesó sus prácticas homosexuales en las que él es un sumiso y otro hombre es un amo, que le daba placer a través del dolor con látigos y otras cosas que prefiero no contaros. ¿Y sabéis a la conclusión que llegue? Que esas manchas del cuerpo que tanto me preocuparon venían por esas sesiones de sexo sasomasoquista que practicaba desde hace 5-6 meses. Ahora estoy en casa de mi madre, mis hijos no saben nada, solo que su padre y yo hemos discutido. Estoy desesperada, tengo 54 años y veo que he perdido todos los años de mi vida con un hombre que me ha engañando. ¿Qué puedo hacer?
