En la ciudad de Tupá, en Brasil, un hombre y dos mujeres viven juntos desde hace años y sostienen una relación romántica. Este trío ha decidido formalizar su lazo ante la sociedad y al existir un vacío legal sobre el tema (la monogamia no está en la Constitución del país sudamericano), han conseguido que un notario reconozca en una escritura pública su unión civil.
Muchos se han preguntando si una unión de este tipo va en contra de la naturaleza, a lo que la ciencia tiene una respuesta: NO. Las relaciones monógamas son raras en el mundo animal. Se estima que de las 5 mil especies de mamíferos que existen alrededor del mundo, únicamente entre el 3% y el 5% se unen a una sola pareja para formar una vida en común. Entonces, ¿por qué los seres humanos lo hacemos?
Los antropólogos suponen que la monogamia nació a la par de la agricultura, cuando comenzó la idea de propiedad privada y con ella la posesión y acumulación de bienes. Para poder garantizar la continuidad de su patrimonio, el hombre necesitaba saber cuáles eran sus hijos. Es decir, consideran a la monogamia una construcción cultural. Hoy en día, especialmente en Occidente, es la práctica sexual más aceptada socialmente y se dice que vivimos una monogamia seriada, es decir, nos relacionamos amorosamente con una sola persona durante un periodo de tiempo definido y si la relación acaba, comenzamos otra similar.
El Poliamor
Uniones como la que se formalizó recientemente en Brasil son mucho más comunes de lo que podría pensarse. Los investigadores que han comenzado a estudiar el fenómeno, calculan que tan solo en Estados Unidos existe más de medio millón de familias de este estilo. En la red pueden encontrarse blogs, comunidades y revistas online dirigidas a los que optan por este tipo de relación.
El término poliamor es relativamente nuevo (10 años aproximadamente) y describe la relación amorosa, sexual y duradera con varias personas al mismo tiempo, con el conocimiento y consentimiento de todas las partes involucradas. Los que sostienen este tipo de relaciones señalan que la lealtad y el compromiso son valores importantes y que son diferentes de los swingers, que se concentran en el área sexual y de las relaciones abiertas.
Las uniones poliamorosas podrían parecer el ideal para muchos, sin embargo, requieren de un esfuerzo extra para funcionar. Las relaciones amorosas son de por sí complicadas y las personas involucradas tienen que poner de su parte para resolver malentendidos y controlar los celos que son una respuesta emocional natural. Existe, además, el factor social ya que es complicado lograr la aceptación y muchas veces tienen que mantener sus relaciones en secreto escondiéndolas de familiares o en el trabajo.