Enrique considera que es normal la reacción que mantienen con él, de verle y enloquecer, cuando logran conocerle en persona. Incluso a veces llegan a sorprenderle con las locuras que se les ocurren o cometen con tal de poder acercarse a él.
«Adoro a mis admiradoras, y tienen todo el derecho de volverse locas conmigo. Créeme, siguen sorprendiéndome cada día con su capacidad para acercarse más y más a mí», confesó el cantante al periódico Miami New Times.
A Enrique jamás se le pasaría por la cabeza enfadarse con alguna de sus fans, ni si quiera por sobre pasar límites físicos con él, una situación que se produce muy a menudo, pues una de sus costumbres es subir al escenario a alguien del público en cada uno de sus conciertos.
»Muchas de las chicas que suben al escenario te intentan tocar, y siempre me suelen rozar el trasero. Yo les dejo, por supuesto. Siempre voy a recordar el momento en el que una fan a la que subí al escenario me levantó la camiseta y empezó a chuparme el torso. Me quedé profundamente impactado, aunque reconozco que al principio me gustó un poco», contaba Enrique a una emisora estadounidense hace unos meses.