Sin embargo, el cantante no tuvo en cuenta el clima que suele hacer en esta época del año en dicha ciudad, pues el día de la grabación el artista se llevó una desagradable sorpresa de camino al camerino, la zona estaba repleta de charcos.
Para solventar el problema el madrileño pidió a su equipo que cubriera el trayecto con una alfombra para no mojarse los pies.
Esta reacción puede llegar a sorprender a más de uno, sin embargo, la solicitud fue única y exclusivamente para evitar empaparse los zapatos y mantener alejada la humedad durante las dos horas de grabación y exponerse a coger un resfriado. Además, en ese momento ya tenía la voz ‘un poco tocada’ y ese mismo jueves acudía al Paulau Sant Jordi a dar un concierto.