El emotivo recuerdo de Juanes  y Calamaro a Gustavo Cerati

Nuria Serena

La muerte de Gustavo Cerati causó gran conmoción en el mundo de la música. Fueron muchos, centenares, los músicos que en redes sociales lamentaron el fallecimiento de un gran arrista, un ídiolo para muchos y una mejor persona.

Pero nosotros queremos subrayar las emotivas palabras que Juanes y Andrés Calamaro dedicaron al músico argentino.

Juanes escribió una emotiva carta en la que expresa su tristeza por la pérdida de este grande de la música, pero también lo hizo recordar lo que él y su familia han vivido con el estado en el que actualmente se encuentra su hermana. Una misiva publicada por el diario El Tiempo que reproducimos a continuación:

Estaba corriendo por un caminito de piedra y polvo… En casi una hora de mi recorrido no me topé con nadie más que con un indígena que, silencioso, caminaba en la misma dirección que yo: amablemente nos cruzamos mirada y saludo. De vuelta en mi hotel, subí a la habitación y lo primero que me encontré en mis mensajes fue un: ‘Se murió Cerati’, que me mandó una amiga (…)

Me entró una tristeza inmensa porque su enfermedad se conectó, de alguna manera, con la de mi hermana Luz Cecilia, quien lleva hasta hoy más de 20 años en estado casi similar a aquel en que permaneció Gustavo por 4 años. Acostada en una cama en casa de mi madre y sin ningún tipo de reacción o señal de que hay alguien al otro lado. Y es que no hay nada más poderoso que el amor de una madre o un padre hacia sus hijos. Hoy lo entiendo en su total dimensión, es una convicción absoluta, inmune a todo. Mi madre hoy, al igual que mi familia, sigue esperando el día en que Luzce, como le decimos cariñosamente, despierte (…)

Hoy, en este instante, pienso en su familia y su dolor, que es el dolor de todos a quienes Gustavo nos tocó el corazón con su música; y no solo eso, nos inspiró a tomar una guitarra y a pensar que algún día quizá podríamos ser como él”.  

Andrés Calamaro fue otro de los músicos que le ha dedicado sentidas palabras.

El rockero público en su blog está extensa carta que ha emocionado a sus miles de seguidores:

La mayoría de los artistas coquetean con la fantasía de una despedida con música, alegría, risas y emociones…

En el fondo nadie quiere pensar en eso, tampoco los artistas; algunos se atreven a decirlo, como la -tan especial- dama Joan Rivers… Otros viven la vida que quieren y se les despide con la emoción que cosecharon…

Seguramente sea el caso de Joan Rivers y de nuestro querido compañero y amigo: Gustavo Cerati.

Conocí a Gustavo hace mucho tiempo, mucho tiempo atrás… Entonces Soda Stereo no era ni siquiera una semilla del gigante grupo conquistador de América. Para decirlo en términos futboleros (pero precisos): Libertadores de América.

 Pues sí, el rock representa eso… ilumina el camino del pueblo hacia la libertad, acompaña a los hombres y las mujeres a soportar la soledad, a bailar la alegría, a superar la tristeza o evocarla.

 El rock y la música, toda la música que es una sola.

 Es importante que la legislatura de Buenos Aires y la familia (de Gustavo) hayan ofrecido al pueblo la oportunidad de despedirse solemnemente del artista porteño.

 Asimismo es imponente que el gobierno nacional haya decretado dos días de luto, honrando el recuerdo de un músico de rock.

 El destino quiso que la vida de Gustavito terminara de apagarse el día en que sus compañeros reunidos celebraban los más destacados trabajos musicales del periodo trece catorce, la ceremonia de los Premios Gardel y el oro que premia al álbum del año, un premio que no existía en los años grandes de Soda Stereo, pero que Cerati gano dos veces. El conglomerado de músicos, ejecutivos, artistas y laburantes, también conocido como industria (del arte de grabar discos) le dio mucho a Gustavo Cerati y el intercambio fue reciproco y beneficioso para ambos. Anoche el Rex se puso de pie para aplaudir el transito celestial de uno de los más respetados, queridos y admirados actores del universo musical argentino.

 Fui muchas veces al teatro Gran Rex que es un templo del arte; cuando recibí el premio al álbum dorado por «La Lengua Popular» fue Gustavo el primero que se levanto de su asiento para abrazarme y compartir nuestra medida –tímida- alegría.

 Después fuimos juntos a cenar al Edelweiss y conversamos.

 Le quise preguntar por la polémica que persigue al himen del rock autentico en la paradoja con el éxito y eso que algunos llaman pop, palabro que nos remite directamente a Andy Warhol … No hace falta recordar que Gustavo fue uno de nuestros más talentosos músicos de rock, muchas veces «victima» de las pasiones inoportunas que enfrentan artistas o estilos como si fueran guerras uterinas o el juego de las guerra que interpretan las hinchadas rivales en el futbol. Gustavo sabiamente y con grande elegancia me dijo que: «cuando empezamos (cuando los discos eran negros y se canjeaban en el Parque Rivadavia, cuando estábamos en los recitales con la policía esperando afuera con palos y más cosas, muchas –si- agradables de recordar) todo era rock… «Cuanta razón, pensé entonces. Grupos alemanes armados de sintetizadores eran rock, los sonidos progresivos y sinfónicos eran rock (incluso tocados con flauta traversa y en un solo pie), había rock con charango y bandoneón y mucha búsqueda que (fiel a sí misma) se permitía todo.

 Es imposible recordar cada encuentro con Gustavo y los Soda, con su gente amiga y compañera, aquellos que trabajaron y giraron con ellos, testigos de semejante campaña de gloria.

 Es imposible pero recuerdo cada dialogo que compartimos con Gustavo, momentos de intimidad y también tiempos de distancia, sin acritud ni desacuerdo; la distancia que los varones respetamos porque la vida nos trae y nos lleva, incluso a veces a cercanos países lejanos.

 Nos encontramos –finalmente- para cantarle a el hermano país Chile, sacudido por un terremoto …

 Adivine que León tendría muchos invitados y mil cosas, Los Cadillac no tenían ensayos pautados, pero Gustavo me contesto que sí, que encantado, que pensaba ensayar para aquel evento que, destino trágico, acabo siendo la última vez que Gustavo Cerati haya cantado en Buenos Aires. Nos encontramos en una sala de ensayo, fue un encuentro entrañable con este gran artista que hoy evocamos. Y también con mis queridos Fernando y Richard. Escuche el ensayo al lado de Uriel hasta que me toco cantar a mí, practicamos «Crimen» y propuse cantar «Trátame Suavemente» por que una sola canción se pasa volando. Porque es una canción hermosa y sabia que escribió Daniel Melero.

 Supimos que cantar juntos nos estaba gustando más de lo previsto y que no había nada previsto; imaginamos mas cantes juntos, pensamos que podíamos sumarnos en armonías vocales y compartir mas recitales que nunca pudimos celebrar; porque Gustavo se fue literalmente de gira y seria la ultima… Hicimos entonces en mismo trayecto geográfico, yo llegaba a las mismas ciudades para tocar en los mismos sitios pocas semanas después.

 En otra oportunidad contare mas anécdotas, es una de mis formas preferidas de interrumpir un ensayo … 

 

Ayer me emocione profundamente y sentí una gran pena que compartimos muchos, demasiados corazones (delatores) delatando tanta gratitud para este gaucho lindo que fue y siempre será Cerati. La fantasía de Joan Rivers se cumplió anoche en el hermoso Gran Rex (donde cante con Mariano Mores, donde vi a Piazzola, donde salude a Sandro, donde donde donde …).

 

Tantos músicos de tantos palos, de todo nuestro país y del Uruguay, de todos los géneros: Los humildes, los pesados, los triunfadores, los veteranos y algunos de nuestros tesoros musicales. También los profesionales, los ingenieros, los ejecutivos, los asistentes, los productores, los prensa y etcétera; tantos que trabajan con ilusión para que los discos salgan bien y consigan algo importante para la música y para el corazón del pueblo. Todos allí (todos ayer) conocimos a Gustavo, fuimos compañeros y amigos, o admiradores de su obra con Soda Stereo y su obra como solitario artista solista. Gustavo nunca estaba solo pero era un solitario porque el arte se lleva nuestra vida mientras vivimos y, está demostrado, a veces no te la quiere dar de vuelta.

 

Hubo ayer un tremendo respeto en el aire; respeto, amor, alegría, emoción y gratitud.

 

Me fundí en hermosos abrazos con Horcas, con Pipi Piazzola, con Abel Pintos, con Rubén Rada, con Ramón Ayala, con Vitico, con Gladys La Bomba, con El Polaco, con Marcelo Mouras, con Osqui Righi, con cada Babasónico, con Horacio Hurtado (que curso conmigo el quinto año y recibió el premio para Manolo Juárez), con Sandra y Petti que manejaron la ceremonia con delicadeza, simpatía, gracia e inteligencia; permitiendo que la emoción llegue sola en el aplauso de pie que saludo el recuerdo de nuestro compañero preferido y el último en abandonar este mundo cruel hasta que la huesuda llame al próximo.

 

Recibí –decía- mucho respeto y afecto, más de lo que muchos podrían soportar sin temblar de gratitud; y aplaudí con alegría el éxito de todos, porque el éxito se conquista con la ayuda de los que te ayudan, porque a veces premia el talento y otras veces llega por el esfuerzo que hacemos para disimular lo que no tenemos.

 

En ese mismo teatro donde me aplaudieron tantas veces a mi (con Los Rodríguez y después), los gritos juveniles (los hurras), fueron para Los Tequis, Tan Biónica y para Abel Pintos; que supieron agradecer al publico que les está dando tanto.

 

Los músicos no tenemos espacio en los periódicos (ni en las radios ni en la tv) para escribir –o decir- lo nos sale de los soberanos huevos…

 

Algunos –si- tenemos la fortuna de cosechar lo que sembramos: admiraciones, el respeto de los pares, amistad. También de encontrar aquellos que abren dispuestos la mano para aceptar lo que les ofrecemos:

A veces es el baile tropical de las caderas del pueblo, a veces una vida entera entregada al canto que despierta conciencia y solidaridad, a veces ritmo y blues, a veces hormonas, a veces distorsiones, a veces melodías o vanguardias de retaguardia.

 

Siempre damos las gracias, y siempre son totales.

 

Viva la música!.

 

Lo dijo el colombiano Andrés Caicedo y después se quito la vida.

 

Este viejo compañero despide a un amigo.

 

Así… Vivirás para siempre en nuestros corazones.

 

Que encuentres descanso para tu alma, queridísimo Gustavo.