Después de un gran esfuerzo físico, parece que nuestro cuerpo nos pide una gran ingesta de comida, lo que supone que en la mayor parte de las situaciones las calorías aumenten de nuevo rápidamente.
A continuación os dejamos cinco consejos para evitar esto:
1. Si te planificas los entrenamientos antes de comer o cenar conseguirás evitar una ingesta de comida a deshora.
2. Diviértete entrenando, con esto lograrás evitar ver el gimnasio como un castigo y aunque parezca mentira dejarás de necesitar una recompensa al salir de él.
3. Consume lácteos. Si después de un ejercicio intenso te bebes un vaso de leche desnatado o semidesnatado lograrás saciar el hambre hasta la siguiente comida
4. Un paso muy importante es evitar la ‘cañita’ después del gimnasio. Si tu rutina es acercarte al bar con los amigos después del gimnasio, inevitablemente acabarás picando de esa tapita tan buena que os ha puesto el camarero.
5. No te fíes de tus apps. No todas las aplicaciones o pulseras logran medir con exactitud el gasto energético diario.
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