Su voz cálida y bonitos piropos fueron más que argumentos para enamorar a María. Primero a traves de el chat, luego, en persona. Cuando nuestra oyente se entrega por completo a su locutor de radio, descubre mucho después, la segunda parte de la historia. Ni era tan idilíca como pretendía, ni su amor era sólo para ella. Las ondas las compartía con otra mujer con quien estaba comprometido y a punto de casarse.