Cuando Alberto decidió asentar la relación con su novio, no podía imaginarse que internet iba a ser el comienzo del fin en su relación amorosa: su chico estaba enganchado al messenger y a los chat de público gay. Esto le hizo sospechar que pudiera serle infiel. Una llamada de un amigo común informándole de que le había visto en una sauna de croissing, terminó por confirmar sus pesquisas.